martes, 26 de enero de 2016

EL EDITORIAL DEL TIN



CENTENARIO VERDINEGRO:

Sestao está de enhorabuena. 100 años de gloriosa historia verdinegra. Da igual si antes era Sport o ahora River, lo que importa es el sentimiento verdinegro que se trasmite de generación en generación, cuando se tiene un hijo le haces socio desde que nace y le inculcas unos valores y le llevas por el buen camino de la vida (Las Llanas) y que no tomen el camino equivocado (La Pocilga).


El River jamás ha sido apoyado ni por instituciones ni entidades privadas pero nunca se ha vendido ni amañado partidos por lo que puede ir con la cabeza alta por todos los sitios. Tras la temporada 95-96 en la que no pudimos mantener la categoría deportivamente por los atracos sufridos y por una deuda de 125 millones de pesetas pasamos de competir en segunda división a segunda regional, parecía el fin pero nada más lejos de la realidad se pasó de jugar contra Mallorca o Villarreal a jugar contra el Udsa o Bermeo Athl. pero el sentimiento verdinegro se hizo más fuerte.


100 años de grandes jugadores con los que hemos pasado de niños a hombres:
Porteros como los hermanos Etxebarria, Liaño, Josu o Lafuente; laterales como Txato Nuñez, Escalza, Murua o Koikili; centrales como Gorriaran, Herrero, Gonzalo, Albistegui; medios como Villarejo, Bardasco, Mendilibar, Azpiazu, Azkoitia, Solaun, Fuentes, Larrazabal; jugadores más ofensivos como Sergio, Toquero, Josu, Alex Garcia, Diamanka y delanteros Primi, Valverde, Bouzo, Edu Muñoz o Jito.
Y como no, el mejor jugador en estos 100 años Javi Gonzalez (El Txabal) sus lágrimas se juntaban con los de los aficionados y todas ellas crearon un tsunami verdinegro que lo que parecía hundirse salió a flote de nuevo.


100 años de grandes entrenadores: Irureta, Ziarreta, Pouso, Viadero pusieron el nombre del River y Sestao por toda España siendo admirados por todo el mundo del futbol, consiguiendo metas tan altas con tan pocos recursos, pero mantiene lo más grande, el apoyo de esa gente que esté en la categoría que esté, jamás le da la espalda.


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