Lezama. Un sábado de octubre de 1992. Partido: Bizkaia Vs
Zaragoza, Semifinales del campeonato de España de fútbol para sordomudos. En la
banda opuesta a banquillos debuta el colegiado Sr. Pérez Vallesquino (no me
digáis que no suena a nombre de árbitro) del Colegio Vizcaíno haciendo las
veces de Linier. Sordomudos...., flipa.
Cuando ese jueves supe que iba a debutar en un partido de sordomudos ya supe en
ese momento que historias y aventuras no me iban a faltar para poder contar a
mis nietos mientras nos rulamos un petilla entornó a un fuego bajo.
¿Qué me llevó a meterme a árbitro? Pues sí lo seccionamos
en porcentajes, creo que sería algo así:
10%: Las perrilas, con 18 castañas, capitán general.
10%: El carnet de árbitro para entrar en todos los campos
vizcaínos, naturalmente San Mamés incluido.
80%: Que estoy como una cabra y no puedo hacer cosas
normales.
Era el Siglo de Oro del arbitraje. En Sestao éramos casi
15 árbitros.
Aún recuerdo cuando me puse el traje de árbitro en casa
por primera vez y me puse delante del espejo mientras sacaba tarjetas a diestro
y siniestro buscando la pose perfecta...
Tras mi debut entre sordomudos de linier, el siguiente
partido ya iba yo solo de árbitro. Los
jueves recogíamos en el colegio de Árbitros las actas de los partidos para el
fin de semana, iba acojonado, mi primer partido yo solo….
Recojo mi acta, miro el partido y me dice uno: “Te ha
tocado en Mallona”, me vuelvo a la ventanilla y le digo: "Lo siento pero
yo no tengo coche y no puedo ir a Francia a arbitrar".
Me mira el tío por encima de las gafas levantando
levemente la cabeza: "¿Cómo que a Francia, te han hecho
internacional?".
Le enseño el acta y le digo: "Me ha dicho un árbitro
que pito en Bayona".
Y me contesta "Mallona, Mallooooona!!!!!!".
Las mayores liadas las tuve ya en Segunda Regional,
sopapo incluido en Arbuyo en la fase de
ascenso a Primera. Gorda fue la que tuve en Plentzia. Derby, Plenzia vs Gorliz.
A los 20 minutos eché a 5 del Gorliz y se suspendió el partido. Tuve qué
declarar en la Federación casi en penumbra ante media docena de directivos de
la federación mientras todo era grabado en un magnetófono. Pensé que no salía
vivo de allí.
Cojonudo fue mi debut en Preferente. Por entonces era una
categoría maja. En Preferente se arbitraba, por fin, con linieres. Ambos
linieres eran de Sestao: Iñigo Payesa y el gran Félix Del Val. Félix me viene
todo borracho el cabrón, era su época
dorada de papas, y el partido era
un domingo a la mañana en el mítico Garellano Indautxu Vs Ortuella. Delegado
del Indautxu el mítico Jones Castillo, pudo ser el primer jugador negro del
Athletic, pero acabó en el Atlético de Madrid, y el entrenador del Ortuella era
Alfonso Del Barrio. Echa Félix una cagada justo antes de entrar los delegados a
traer las fichas, que nos las tiraron desde la puerta de cómo olía.
Al descanso, llaman a la puerta y entra Japón Sevilla y
sus linieres que arbitraban a la tarde en San Mamés para saludarnos que estaban
viendo el partido. Decir que Félix cumplió e hicimos un gran trabajo.
Otra cosa que me gustaba hacer era que en los sorteos les
decía a los capitanes que se me había olvidado la moneda e íbamos a hacer el
sorteo con el silbato. Previamente le había soltado la cuerda al silbato la
colocaba en una de las manos cerradas dejando ver un poquito la cuerda y en la
otra mano escondía el silbato. Entonces le preguntaba al capitán visitante a
ver dónde estaba el silbato. Al ver el poquito de cuerda con cara picarona y
media sonrisa elegía esa mano y yo le decía: “Pues no, está en la otra”
Jojojojojojo, cómo me réia. Se quedaban flipados.
Pero por muchas historias que cuente ninguna se acercaría
a las que podría contar un árbitro histórico, algunos le conoceréis: ELISEO.
Menudo figura, ese sí que las liaba fin de semana tras fin de semana. Siempre
decía lo mismo: “Hasta que no me entreviste Jose Mª García, no paro”.
Cómo partidos destacados, hice de linier en un amistoso
en Portugalete, Portu-Athletic con el que a futuro fuera árbitro de primera,
Carlos Ferreiro. Capitán del Athletic el legendario Genaro Andrinua. Con
Iturralde hice una línea de un Juvenil División de Honor...y un largo etc…
Pero todo llega a su fin, y al inicio de mi sexta
temporada decido dejarlo. Justo en unas pruebas físicas, las de principio de
año para ser apto o no para arbitrar. El Test de Cooper (12 minutos corriendo) mi
talón de Aquiles, que mal lo pasaba…. En esa última ocasión llevaba 10 minutos
e iba por la pista como la maratoniana mítica que llega a meta de lado a lado
de la pista con el tronco a 90 grados de las piernas. Entonces con el poco
oxígeno que me queda en el cerebro se me ocurre (todo esto lo juro que lo
estaba pensando en serio) que cuando peguen el pistoletazo, indicando el último
minuto de la prueba, fingir que me da el balazo, me tiro al suelo y así se
suspenden las pruebas…..me faltó nada para hacerlo.
Fueron muchas más las anécdotas que viví esos años que,
la verdad es que en líneas generales me lo pasé muy bien y conocí mucha gente,
aunque siempre había algún retrasado en todos los campos que me daban la tarde.
Fueron bonitos años que me hicieron ver el fútbol desde otro punto de vista.
Aún guardo el traje de árbitro Adidas, el juego de
tarjetas y el silbato, que me ha salvado varios años los carnavales disfrazándome
de trencilla. Siempre triunfa…